jueves, 27 de marzo de 2008

LA FOTOGRAFÍA DE RAÚL REYES: ¿DECISIÓN EN CALIENTE?

LA FOTOGRAFÍA DE RAÚL REYES:
¿DECISIÓN EN CALIENTE?

Por Víctor León Zuluaga Salazar[1]

Una inusitada lluvia de mensajes y llamadas telefónicas desencadenó la publicación de la fotografía del cadáver de Raúl Reyes, en la primera página de la edición del domingo 2 de marzo."Hoy en la mañana, al recoger mi periódico, no podía creerlo, que un diario como EL COLOMBIANO, que considero conservador, ético, respetuoso, haya podido publicar y además en primera página la foto de un ser humano muerto en violencia y todavía en esas condiciones tan impresionantes", dice María Adelaida Restrepo.
"Me encuentro impresionada con las fotos de la muerte del guerrillero Raúl Reyes. El periódico EL COLOMBIANO creo que no se ha caracterizado por ser amarillista. Ustedes tienen que pensar que son muchas las personas que ven su periódico, entre ellos niños. Me parece que se les fue la mano en querer dar noticia. ¿De qué sirve leer esta clase de periódicos?", escribe Adriana Londoño.
"En mi opinión, las imágenes sangrientas que ustedes se atreven a mostrar en primera página sólo contribuyen a una banalización de la guerra y, en materia periodística los acercan a la vulgaridad de los tabloides", apunta Alejandro López.
"No estoy de acuerdo con la foto publicada en primera página del cadáver de Raúl Reyes, aunque sea un documento histórico. Me parece indigno para un ser humano ser publicado en esta circunstancia, no importa quien haya sido la persona...", señala María Teresa Ávalos."Qué tristeza que EL COLOMBIANO haya entrado en la moda del amarillismo. Con el periódico de hoy domingo 2 de marzo me sentí leyendo El Espacio. La nota puesta en una de las páginas internas en el sentido de que se trataba de un testimonio gráfico y que se ha hecho en otras partes, no exonera al periódico de la responsabilidad moral y periodística del respeto a la persona humana, así se trate de alguien que como el guerrillero Reyes hizo tanto mal a la humanidad?", observa Roberto Ojalvo.
"No estoy de acuerdo con la publicación de las imágenes del cadáver de Raúl Reyes. Este periódico se caracteriza por su manejo profesional de estas noticias evitando aumentar odios y júbilos por las muertes. Entiendo la importancia de la noticia pero creo que debería ser opcional ver la foto y no que sea de primera plana.", agrega Josué Machaca.
"Es inconcebible que se autorice el uso de este tipo de ilustraciones teniendo en cuenta que son miles los menores de edad que por cualquier motivo o razón acceden a la lectura o por lo menos curiosidad frente al periódico. Queremos formar un futuro en paz, pero creamos seres adictos al morbo y al amarillismo?", expone Daniela Granada Salazar.
"Por encima de toda la maldad y crueldad de este señor como guerrillero de las Farc está su condición de ser humano y había que respetarlo como tal. En mi opinión EL COLOMBIANO incurrió en una falta a la ética del periodismo?", manifiesta María Helena Giraldo.Esta es una muestra de fragmentos de los mensajes de los lectores que recibí el domingo y los demás días de la semana.

La respuesta del Editor Jefe

Luis Fernando Ospina, Editor Jefe de Información justifica la publicación en la siguiente respuesta:
"Quiero contarle los procedimientos que en estos casos siempre se utilizan para decidir qué, cómo y cuándo se usan imágenes como las de su referencia".
"El primer punto, el qué, tiene que ver con la pertinencia de los hechos y su importancia en relación con el grado de afectación o no de la comunidad, en este caso los lectores, que busca entender el porqué de los hechos. Es un asunto de criterio periodístico, que en algunos casos no coincide con el de los lectores".
"El cómo está referido a la forma en que se presentan y el lugar que ocupan dentro de un espacio determinado en la página. Los hechos que tienen una importancia mayor son los primeros que aparecen en las portadas y eso se llama jerarquía".
"El cuándo y el porqué se refieren a los mandamientos y políticas de EL COLOMBIANO que están contenidas en el Manual de estilo y redacción, la "Biblia" de toda casa periodística".
"Para el caso de la foto sobre la muerte de alias Raúl Reyes se hicieron todas estas valoraciones, después de una larga discusión entre un equipo de periodistas, jefes de redacción, el editor de fotografía y el editor de diseño, que analizamos por qué se debía publicar o por qué no".
"Como contexto de tal decisión revisamos otros casos similares en los que EL COLOMBIANO es testigo de la historia y como tal tiene que registrar la historia. En el caso de Raúl Reyes, como sucedió en su momento con la muerte de Pablo Escobar, consideramos que parte del mito que se crea alrededor de los personajes está apoyado en la imposibilidad de constatar la realidad y no publicar la foto hubiera contribuido a dudar de la muerte de Reyes. Segundo, ese es un hecho histórico, porque tiene que ver con el conflicto que durante 40 años ha desangrado a Colombia y porque Raúl Reyes era nada más y nada menos que el segundo hombre más importante de las Farc, una organización terrorista que secuestra, asesina y trafica con drogas".
"Éramos conscientes de la dureza del registro fotográfico, pero también de nuestra responsabilidad y en nuestra páginas (12A del domingo) les explicamos a nuestros lectores las razones por las que publicamos esas fotos. Son casos excepcionales y en cada uno de ellos se hacen las valoraciones respectivas, cumpliendo nuestras responsabilidad que como medio de comunicación tenemos con el derecho a la información, a la intimidad y a principios éticos basados en la verdad".
"EL COLOMBIANO tiene un contrato social con sus lectores y todos los comentarios e inquietudes que provienen de ellos son valiosos".

La respuesta de la Directora

Ana Mercedes Gómez Martínez, directora de EL COLOMBIANO le responde a los lectores lo siguiente: "Considero importante publicar el rostro de Raúl Reyes para informar sobre este hecho extraordinario e histórico. Sin embargo, la presentación fotográfica fue excesiva y dura. Para dar testimonio fiel del hecho histórico, las fotografías del cadáver debieron ser publicadas en forma más modesta". "Ofrezco disculpas a los lectores que se quejaron, y a los que sin hacerlo, se sintieron mortificados por este despliegue inusitado. Para mí es muy grato compartir esa sensibilidad de los lectores que rechazaron la forma como se hizo la publicación de las imágenes de Raúl Reyes".

Lo que dice el Manual de estilo y redacción

"EL COLOMBIANO rechaza toda forma de sensacionalismo porque es una deformación de los hechos y porque es un intento de manipulación al lector. En este periódico la sensación de las noticias no estará en la presentación sino en el fondo de la información". Y en otro apartado señala que "Hay que evitar la publicación de fotos con imágenes desagradables, que ofendan el buen gusto, la dignidad y la sensibilidad de los lectores. Éstas sólo se pueden incluir en el caso de agregar información de importancia clave a la noticia".

En otros manuales se encuentran políticas editoriales similares. Por ejemplo, el de Clarín, diario de Buenos Aires, Argentina dice al respecto: "Clarín no publicará fotos sangrientas o escandalosas de muertos, mutilados, suicidios, desnudos, etc.

Sin embargo, podrán publicarse, previo acuerdo con los editores (jefes de sección), cuando su valor social, histórico o político justifique la excepción". BBC, en su Manual de directrices editoriales: Valores y criterios de la BBC contempla lo siguiente: "?

Es muy importante respetar la dignidad de los muertos. Nunca debemos mostrarlos de manera gratuita. Además, debemos evitar ofrecer sin justificación primeros planos de las caras o heridas graves u otro material violento?"

Algunas consideraciones Percibo que esta fue una decisión en caliente que excedió los límites de la información y cayó en otros terrenos, afectando la sensibilidad de muchos lectores.

De la lectura del Manual de estilo y redacción y las consideraciones periodísticas se desprende que el periódico tenía que publicar la fotografía de Raúl Reyes. No hacerlo sería una conducta de autocensura imperdonable.

La fotografía es, en este caso, un testimonio excepcional que da cuenta en forma contundente, no sólo de la veracidad del hecho, sino que además nos acerca a la realidad cruda, cruel y cruenta de la guerra que soportamos y que así aparece ahora ante nuestros ojos encarnada en quien buscó ese destino.

Quizás si la imagen la hubiera captado un fotógrafo del periódico otra sería la composición. Porque se trata de una fotografía judicial para efectos forenses. Aún así, el formato ampliado, es excesivo y saturado y pudo editarse, no para manipularla o excluir elementos, sino para informar apropiadamente, sin afanes "sensacionalistas" ni "morbosos", sin poner en riesgo la intimidad de una persona por criminal que sea, y sin atentar contra la sensibilidad de los lectores.

No es necesario el primer plano para registrar un hecho de esta naturaleza, el plano general ilustra con creces lo acontecido, es decir informa suficientemente, con decoro y con sentido humanitario.

El gran despliegue del cadáver cuasidestrozado del guerrillero Reyes lo considero contrario al espíritu del Manual de estilo y redacción: "Éstas sólo se pueden incluir en el caso de agregar información de importancia clave a la noticia".

Estos principios inspirados desde la Dirección de Fernando Gómez Martínez son los que le dan identidad y credibilidad. Cruda y fuerte, más cruda y más fuerte de lo requerido por el formato usado, esta fotografía produce excitación o repugnancia y desencadena sensaciones malsanas de felicidad u odio contrarias al periodismo serio y de calidad.

Puede también interpretarse esta decisión en caliente tomada por los editores como la influencia seductora de los tabloides sensacionalistas que en los últimos años se han incrementado en el país. Así lo manifiestan varios lectores. Creo que las lecciones clave están en observar "el íntimo compromiso con los lectores", tal como concluyó Ángel Arrendó, director del diario madrileño El Correo, en el debate generado en la prensa española, tras el atentado del 11 de marzo de 2004.

En leer y releer el Manual de estilo y redacción, como la guía que orienta y afina el criterio de EL COLOMBIANO, cuyo modelo periodístico se ha Construido durante décadas. Y en encontrar en las reacciones de los lectores la oportunidad para evitar asomos sensacionalistas, así sea por una sola vez. Lo fundamental es alentar la reflexión permanente, la crítica, la autocrítica y la participación de los lectores. El debate no concluye aquí.

[1] Defensor del Lector de EL COLOMBIANO, periodista profesional y profesor universitario

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